09 octubre, 2015

AGUJEROS NEGROS

Recientemente he terminado de leer un libro sobre Agujeros Negros. Sin embargo, me resultó curioso que siempre se refería a estos con la 3ª persona, es decir, ellos. Considerados como algo que existe ahí afuera y por lo general muy lejano. Sin embargo, cada vez se descubren más y más Agujeros Negros. Se cree que en el centro de nuestra galaxia hay uno denominado SgrA* con una masa de 4 millones de soles. Y en el centro de cada galaxia habría otro. Un elemento que parecía raro y muy ajeno a nosotros cada vez se hace más cotidiano y cercano.
Sin embargo, la percepción de un Agujero Negro es de una aspiradora cósmica que atrapa y devora toda la materia cercana. Es descrito como un monstruo devorador, un lugar inhóspito donde no se podría vivir. Este es el paradigma reinante.
El propio Stephen Hawking realizó su doctorado sobre el nacimiento del Universo, estableciendo que se produjo de una singularidad similar a un Agujero Negro.

El 12 de enero del presente año redacté un artículo denominado “Egoismo de Einstein”, donde trato de dar valor a un principio infravalorado de este genio: ningún observador puede ser privilegiado”.
Este principio aplicado al tema tratado sería el equivalente a lo siguiente: “al igual que observamos agujeros negros, no hay nada que impida que vivamos dentro de otro”. El universo es como las Matrioskas, dentro de una muñeca hay otra y así sucesivamente.
El propio Big Bang puede haber sido el origen de nuestro Universo conocido, o nuestro Agujero Negro conocido. Dejar de ver el Agujero Negro desde fuera y ver como nosotros formamos parte de otro sería un acto de humildad, aceptando que formamos parte de aquello que parece maquiavélico.
Este cambio de percepción es el mismo que cuando La Tierra dejó de ser plana, o cuando dejamos de ser el centro del Universo…
Simplemente cambiando el chip, las consecuencias pueden ser increíbles. El horizonte de sucesos, el límite al que podemos acercarnos a un agujero negro sin ser devorados por el, sería ahora sería ahora el radio del Universo visible, 15.000 millones de años. La expansión del universo pasaría a ser el crecimiento de nuestro agujero negro al devorar masa a marchas forzadas.
Entonces ahora saber, quien hay ahí afuera, va a ser algo muy difícil o imposible.
 


La analogía es como ver a una mujer embarazada, nosotros estamos fuera y el feto dentro. Pero ahora resulta que nosotros somos los fetos y no nos habíamos dado cuenta….