21 marzo, 2009

TEORÍA DEL CONOCIMIENTO


Desde muy antiguo los filósofos han mostrado su preocupación por teorías que mostrasen donde se halla el conocimiento. Platón situaba el conocimiento con entidad propia en un mundo ajeno al real, el mundo de las ideas. Aunque desde entonces se han sucedido otras teorías, a continuación mostraré una nueva teoría del conocimiento.
En este diagrama puede apreciarse el grado de verdad que puede alcanzar el ser humano según dos variables:
  • La herramienta de conocimiento utilizada: lenguaje, imágenes (diagramas), intuición o visión contemplativa.
  • Elemento o grado de profundidad con el que se estudie una materia: ladrillo, vivienda, edificio, catedral y Universo (lo ínfimo o la verdad última).
Las rayas verticales dentro de cada rectángulo simulan los distintos estadios de conocimiento que podemos alcanzar. La distancia de cada raya a la línea vertical de simetría nos indica el grado de distanciamiento a la verdad absoluta o el error cometido. La porción comprendida bajo las líneas oblicuas rojas también indican el grado de verdad alcanzado en ese punto. Los niveles intermedios de conocimiento entre los rayas verticales no son posibles. Los estadios de conocimiento no son continuos sino discretos o de naturaleza cuántica, similar a los cuantos de energía de Plank.

La representación de claro/oscuro sólo es un convencionalismo que representa el acercamiento a la verdad desde una postura afirmativa o negativa hacia un tema.

Las líneas discontinuas que parten de la visión humana representan algunos caminos posibles a seguir de forma coherente en el conocimiento desde los más burdo hasta lo más complejo.

A continuación exponemos los siguientes ejemplos:
Cuando estamos dilucidando el color de un objeto caben las siguientes posibilidades:
  1. Si hablamos del color diremos que es; rojo, granate, carmín, rosa,... Los colores son discretos y el salto entre ellos es elevado.

  2. Podemos usar un muestrario de colores con sus códigos como la escala RAL. La escala de colores sigue siendo discreta pero el salto entre un color y el siguiente es mucho menor que en el caso anterior.

  3. Podemos hablar de la longitud de onda asociada a dicho color y ahora la gama de colores será todo lo tupida que la tecnología nos permita, pero nunca infinita.
Para saber la hora del día en que estamos podemos recurrir a los siguientes instrumentos:
  1. Un reloj solar. Según la posición de la sombra proyectada conoceremos la hora. Este procedimiento es muy impreciso ya que varía según las estaciones del año y elementos como la nubosidad pueden darnos al traste con la apreciación de la sombra.

  2. Un reloj de péndulo también podría ser una solución. Su exactitud depende la correcta graduación de la longitud del brazo del péndulo. Cada paso de rosca supone un segundo de variación.

  3. El uso de reloj digital podría ser una buena opción. El error es de 15 segundos al mes.
    Un reloj atómico u otro sincronizado con este proporcionaría un error de 1 segundo en 1 millón de años.
Aquí resulta pertinente la vieja anécdota del físico, Arthur Eddington, referente al pescador que utilizaba en su trabajo una red de unos diez centímetros de malla (Lennnox, 2003:27). Al ser preguntado acerca de cómo eran los peces, el hombre respondía con absoluta convicción que todos eran mayores de diez centímetros. Ante la réplica escéptica del transeúnte que insistía en haber visto peces de sólo cinco centímetros de longitud, el pescador respondía convencido:”¡si mi red no lo captura no es un pez!”. Cada instrumento de conocimiento posee un determinado tamaño de malla. Cuanto más sofisticado sea el instrumento más pequeña será la malla y menor será el conocimiento que deja escapar.

Si describimos con el lenguaje las características de un ladrillo el error cometido no será elevado, pero si lo hacemos sobre una vivienda el error será mayor por mucho que nos esforcemos. Esto significa que el lenguaje no es el medio más idóneo para estudiarla, por tanto los saltos de los niveles de conocimiento son mayores. Lo mismo sucedería pero a mayor escala al describir con el lenguaje un edificio, una catedral o el propio Universo (lo ínfimo o la verdad última). El medio más idóneo para el estudio de una vivienda será un plano, teniendo una red más tupida de estadios de conocimiento. Sin embargo, en el estudio de un edificio o una catedral sería más idónea otra herramienta más avanzada como un modelo tridimensional en AUTOCAD...

Si nos centramos en el estudio del Universo (lo ínfimo o la verdad última). Mediante la utilización del lenguaje el grado de acercamiento máximo es muy lejano, pero si aplicamos medios más eficaces como las imágenes (diagramas) o la intuición, el grado de conocimiento es más cercano a la verdad por poseer mayores niveles de conocimiento. Por último si accediésemos a la visión contemplativa el número de niveles de conocimiento sería mayor y nos permitiría un acercamiento a la verdad absoluta el máximo posible.

Resumiendo lo anteriormente expuesto. En todos las sendas posibles la verdad absoluta es inaccesible. Mediante el lenguaje se puede conocer de forma aproximada la verdad contenida en un ladrillo, con algo menos de aproximación en una vivienda y así sucesivamente. Con el lenguaje la aproximación a la verdad de todo el Universo o de lo ínfimo es muy mala, siendo mejor recurrir a las imágenes (diagramas) que nos facilitan un acercamiento mejor. La intuición, una visión intuitiva o mística nos posibilitan un mejor acercamiento a la gran verdad y mediante una solemne visión contemplativa casi contemplamos esa verdad.


Con gran asombro se observa la peculiaridad que partiendo de (1, 1´, 2, 2´) y avanzando hacia el infinito (el Universo o lo ínfimo) coherentemente nos alejamos de la verdad, nos desviamos hacia los bordes. Pero, aunque no lo parezca cualquiera de estas posturas (A, B, A´, B´) es un extremismo, pues desarrolladas hasta sus últimas consecuencias conducen a una posición extremista, carente del más mínimo atisbo de verdad.

El camino central es imposible de seguir. Con el uso del lenguaje una persona escogerá el camino 1 ó 1´ por exceso o por defecto, llegando a la conclusión A y A´ respectivamente (uno mantendrá por ejemplo la existencia de Dios y otro su ausencia). Una persona que se adentre empleando imágenes tendrá caminos más sutiles intermedios entre 1 y 1´, llegando en todo momento a una mejor aproximación de la verdad. Otra persona con gran intuición tendrá aún senderos más telúricos para avanzar y alcanzar la verdad.

Si te mueves hacia un extremo te vuelves loco, si permaneces en el centro te vuelves iluminado; pero nadie permanece en el centro[1]. La posición final del budismo como ellos mismos expresan es la del “camino del medio”[2].

Una persona santa o bienaventurada con una visión contemplativa se arrimará tanto como pueda al punto central para llegar a la mejor proximidad de la verdad. Solo él será poseedor de ese conocimiento y no podrá transmitirlo sino lo desvirtuaría. El Tao Te Ching comienza con una frase que podríamos traducir así: Todo lo que puede decirse de la verdad no es totalmente verdadero... Este fenómeno hace que muchos maestros de distintas religiones y filosofías se expresaran mediante parábolas o cuentos.

Osho nos dice lo siguiente: El filósofo piensa acerca de la rosa. El poeta siente acerca de la rosa. Y si tuvieras que decidirte, decídete siempre por el poeta; está más cerca de la realidad que el filósofo. Y un místico, ni piensa ni siente; simplemente está en presencia de la rosa. Porque sentir también es alejarse; no tanto como pensar, pero sentir también es irse, porque sentir es también una clase de actividad.[3]


[1] El libro de la nada. Pág. 270.
[2] El Monje y el Filósofo. Pág. 142.
[3] El libro de la nada. Pág. 81.

Jesús Fdez Alonso
jesusjfa@hotmail.com