15 octubre, 2013

Seres vivos & Materia inerte

   La pregunta, ¿cómo surgió la vida de la materia inerte?, no tiene ningún sentido. No existe una línea diáfana que separe la materia inerte de la viva, todo se confunde. La separación radical es un artificio ficticio del ser humano para darse mayor valor (egoísmo) respecto al resto del universo. Esta misma paradoja le surgió a Pasteur al observar como surgía moho del pan. Se pensaba que de la nada surgían unas bacterias, pero posteriormente se descubrió que la vida microscópica ya estaba allí.

   Toda la materia puede considerarse como viva o inerte a la vez ya sea con mayor participación de la cualidad vivo o inerte. Pero no hay posibilidad de que sean sólo vivos unos y otros sólo inertes. La propiedad vivo-inerte es similar al concepto onda-corpúspulo de la materia esbozado por De Brolie.

   Por ejemplo: un pájaro y una piedra. Al pájaro se le denomina normalmente como un ser vivo y a la piedra por el contrario como un elemento inerte. Sin embargo, la piedra también exhibe parte de la cualidad del ser vivo, pues forma parte de un ecosistema que se conserva, evoluciona y cambia con el tiempo.
   La materia inerte como tal no existe, todo es materia viva e inteligente. Sólo que en cada estadio esa manifestación de vida o inteligencia es diferente. Esta visión pudiera considerarse animista, al considerar a toda la materia con un rasgo de vida, si bien, algunos elementos tienen más vida que otros al tener mayor complejidad.

   Tener claro que toda la materia tiene rasgos de vida, puede considerarse sin importancia y que al fin y al cabo no cambia nada. Pero nada más lejos de la realidad, lo cambia todo. Pues en el futuro cuando hablemos de la evolución (de los seres vivos), estamos refiriéndonos a todos los elementos del Universo. Y lo que hasta ahora denominamos seres vivos no sería más que un caso particular.

   Lo menos que se puede pedir a una ley fundamental de la naturaleza es que no dependa de las particulares condiciones de un posible observador. Es decir, al saber que nosotros somos seres vivos, consideramos que sólo nosotros y unas especies más somos seres vivos y el resto lo degradamos a la categoría de materia inerte. Otro ejemplo bien conocido es buscar una cualidad que sólo posea el ser humano como la conciencia, sentimientos, etc …. es una falacia para encontrar un elemento que nos distinga y eleve por encima del resto de los seres vivos.

   Si examinamos cualquier árbol evolutivo, en la parte superior situamos la especie humana. Pues bien, esta visión es similar a la visión de Ptolomeo que situaba a La Tierra en el centro del universo y todo lo demás giraba en torno a ella. Hasta que Galileo estableció que La Tierra se comporta desde el punto vista astronómico como cualquier otro astro y, desde luego no es el centro del Universo. El Sol pasó entonces a ser el centro del Sistema Solar.

   El ser humano desprovisto de sus divinidades dejará de ser el mayor logro de la evolución y pasará a ser un eslabón o subproducto más. Los árboles evolutivos se volverán a representar con el ser humano en una esquina como una raza efímera y accidental. Quizá, sólo entendiéndolo así valoremos más la suerte que tiene la raza humana de existir.

Jesús Fdez Alonso
jesusjfa@hotmail.com